Medellín conserva cicatrices imborrables es una historia dolorosa que ayudó a curar el arte.
Una muestra de ello es el pájaro de La Paz, ubicado en el Parque San Antonio, volado por una bomba en junio de 1995 y que le causó la muerte a 23 personas y heridas a más de 200.
Como un gesto de esa resiliencia antioqueña, el maestro solicitó que la escultura cercenada fuera dejada en su sitio y , al lado, se ubicara otra donada por Botero.
La gran plazoleta del parque San Antonio alberga un capítulo doloroso que resurge en medio del arte del maestro.
Cientos de turistas llegan a diario a admirar su talento y a rememorar un atentado que apagó la vida de muchos pero donde renació el arte y la cultura.
¡Gracias Maestro!
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