Desde Zagreb, Croacia, arribó al aeropuerto internacional José María Córdova el famoso Antonov-124, uno de los aviones más grandes del mundo y que se encargó de trasladar la primera de las cuatro compuertas mecánicas que se instalarán, con trabajos subacuáticos, en los túneles de captación de Hidroituango.
Fueron más de 72 horas de vuelo, unos 19.000 kilómetros, en un recorrido con escalas en Irlanda, Islandia y Estados Unidos, para aterrizar en Rionegro.
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“Hidroituango ha sido el mayor reto de ingeniería en la historia de EPM y los trabajos subacuáticos hacen parte de este gran desafío, pues son maniobras de alta complejidad inéditas en Colombia y que marcan un hito en su avance con la llegada desde Europa de las compuertas subacuáticas para nuestra Central”, indicó el gerente de EPM, Jorge Andrés Carrillo Cardoso.
Sobre el avance actual de la hidroeléctrica, EPM informó que la meta es que las unidades 3 y 4 entren en operación este año, con las que se generarán 1.200 megavatios (MW) de energía limpia y renovable que le aportarán al desarrollo de Colombia y a la calidad de vida de millones de personas.
En sus dos fases, los trabajos subacuáticos se desarrollan desde hace más de un año en Hidroituango en las captaciones 1 a la 4, estructuras por donde ingresa el agua del embalse hasta las turbinas en la casa de máquinas para la generación de energía.
Las compuertas o mamparos fueron diseñadas, construidas y probadas en Alemania y Croacia.
Esta es la segunda ocasión en la que EPM contrata los aviones Antonov. En 2016, la Compañía transportó, a través de ocho vuelos en aviones Antonov, entre México y el aeropuerto José María Córdova, 800 toneladas de insumos para los trabajos de reparación en la central hidroeléctrica Guatapé.
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