La complejidad de dirigir un equipo grande configura un sinnúmero de acciones que determina el rumbo institucional. Observar, hacer diagnóstico y elegir, compone una tarea que determina el norte de una escuadra de fútbol. Juan Carlos Osorio está en ese proceso por segunda vez en Atlético Nacional y encamina al equipo por una vertiente de generar convicciones y producir resultados.
Por tratarse del cuadro Verdolaga, los resultados se exigen con mayor inmediatez, máxime sabiendo la cosecha de títulos que dejó el risaraldense en su anterior gestión, sin detenerse en elaborar con criterio el entorno con que inició su nueva era. En 2012, JCO encontró un equipo completo que tuvo un bache y debió salir de Santiago Escobar. Era una plantilla que sabía que tenía hilo en el carretel y que gozó del aporte de sus divisiones menores. Así mismo, poco a poco el Mister semestre tras semestre sumó nombres que se convirtieron en referentes del equipo y dejaron títulos a bordo.
De recibir un equipo con recorrido en sus botines, pasó ahora a tener un elenco cero kilómetros que necesita más tiempo para perfeccionarse, más tacto para seleccionar una plantilla competitiva y más paciencia de su afición para consolidar la impronta, aunque esa palabra en equipos de exigencia inmediata parece desaparecer del diccionario.
Con menos que antes fue primero del torneo e instala su idea en el grupo, acrecienta la fe interna y deja percibir que la metodología no se detiene. Dejarlo trabajar y creer es el primer paso para ver al equipo de Juan Carlos, que no es precisamente el que encontró en donde juega sin arqueros y sin goleadores que ganan partidos, y sin embargo se las ha ingeniado para traer al equipo hasta casi diciembre con posibilidades. Y esa debe ser una opción para el hincha pensando en el futuro inminente.
Viene el trabajo más definitivo para Osorio: elegir, que también significa eliminar. Con quiénes se queda, de quienes prescinde, a quienes trae. Y en eso siempre fue sensacional. No en vano armo varios Once Caldas y Atlético Nacional.
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