#Alerta La Chiva #Medellín:
Los recuerdos no pasaron como dice la canción de «Los Cuyos»…
Para don Raúl, un vendedor ambulante del parque Berrío, quedaron ahí, tanto, que ni su sofisticado radio digital vio el paso del tiempo en sus gustos; la música de antaño es la misma, el rinconcito donde vende, también, y su «chacita» , la que con tanto esfuerzo y después de tantos años consiguió, continúa igual.
Doña Mariela no cambia el tintico de Berrío. Los jubilados departen en sus sillas; una tertulia llena de historias, una distinta a la otra: el político, el Alcalde, el partido de fútbol, la situación del país. Parecen rumores de pasillo, pero en realidad son al aire libre.
El Parque Berrío es también una oportunidad para el que emprende, cualquier artículo o elemento es una excusa para ver y escuchar la variedad en la oferta; dulces, ropa, la lotería, frutas, los venenos para insectos, los sahumerios.
Los vendedores y sus precios parecen una sinfonía de alaridos; «a cinco, a cinco», «todo a mil, todo a mil», «tres bananos en quinientos». Todo eso lo encuentra allí, un sitio que es denominado el verdadero corazón del centro de Medellín.
Muy cerca a la Catedral menor de la Virgen de la Candelaria y la estación del Metro. Los recuerdos definitivamente quedaron ahí para Raúl y millones de medellinenses que a través del tiempo y en distintas generaciones, vieron desde los inicios, un parque Berrío como mercado público, hoy aunque no tenga esa imagen, es un lugar de encuentro por donde pasan miles de trabajadores, donde se sientan decenas de desempleados, jubilados y no jubilados, a donde entre otras, llegan quienes quieren pagar por un amor pasajero, sentimiento transitorio para nada comparable con el trance por este emblemático lugar que desde 1646 se hizo infinito en los corazones de los paisas.
Suscríbete y recibe toda nuestra información de primera mano