La ciudad señorial llora y despide a un hijo de la casa que por más de cinco décadas se dedicó a la venta de perros calientes con su inconfundible receta.
Ruben Darío Medina dedicó su vida a trabajar en la venta de esta comida rápida que se volvió tan famosa, que muchas personas durante 50 años llegaron hasta el cruce de la calle 37 sur con carrera 41, para disfrutar de un «cebolludo», nombre que lo hizo famoso entre los comensales.
La historia de los «cebolludos» viene desde los años 70, cuando José Domingo Medina, padre de Rubén, arrancó con este negocio en el parque principal de Envigado, lamentablemente, solo pudo estar al frente de este negocio por seis años.
Si bien el negocio data de una gran trayectoria y un gran reconocimiento, también tuvo días difíciles, pues la cantidad de personas que lo buscaban para disfrutar de un perro caliente, cansó a los vecinos a tal punto que lo querían sacar del lugar donde trabajaba.
Y qué decir en el tiempo de la pandemia, Rubén Darío se las ingenió para poder hacer los domicilios de los «cebolludos» y así poder continuar sosteniendo a su familia y su negocio.
Ahora su carrito verde y naranja, los mismos colores de la bandera del municipio de Envigado, tiene una vacante y los comensales de los «cebolludos» esperan que la tradición continúe por alguno de su familia y que este legado no llegue a su final.
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