Si hay algún lugar en el centro de Medellín, pese a su deterioro, que guarde parte de la transformación de la capital antioqueña esa es la Plaza Botero.
Allí reposan 23 esculturas donadas por el Maestro Fernando Botero y que se han convertido en uno de los principales atractivos turísticos del corazón de la ciudad.
Sus esculturas de bronce empezaron a llegar a finales de los 90, como una muestra del amor a la ciudad de Botero.
Su instalación y la inauguración de la Plaza se dio en 2001, y hoy por hoy es un verdadero ícono de la cultura antioqueña.
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